31 mar 2008

UMMA. El integrismo en el Islam.

Es un excelente estudio a cargo del catedrático Antonio Elorza en el cual analiza los orígenes y desarrollo del integrismo en el Islam. Es decir, la no separación entre política y religión (dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios) y de la necesidad de la yihad “Guerra Santa” o “combate por el triunfo de la fe”.
Pero… ¿Qué es integrismo? La definición de integrismo consiste en identificar una fe religiosa o política con la forma cultural o institucional que pudo revestir en una época anterior de su historia. “Creer que se posee una verdad absoluta e imponerla.” Ahora bien, el islamismo, que no Islam, es también conocido como fundamentalismo o integrismo, ya que en el pensamiento islámico, el integrismo es fundamentalismo y en este caso es además la politización, a veces distorsionada y fanática del Islam, que constituye la religión monoteísta más joven del mundo; centrándose en los textos sagrados, el Corán y los hadices. Según el imam Jomeini ¡Nunca confundáis el Santo Corán y la salvadora fe del Islam con las perversas ideologías que están basadas en la mentalidad humana! Por tanto el integrismo es la intolerancia hacia otra cultura, pensamiento ideológico, político o religión; y el integrismo islámico surge de esta intransigencia que crece cada día ya que provoca desigualdades que son razones suficientes para fomentarlo. Además se rigen por el dogma, el inmovilismo, el regreso al pasado y la intolerancia lo que supone una barrera difícil de franquear ya que no existe dialogo, lo cual es “relativamente lógico” si pensamos que emergió de la pretensión de Occidente de imponer su modelo de desarrollo y de cultura. Aunque ellos intenten hacer lo mismo con su afán de supremacía universal. No podemos luchar contra el integrismo islámico sin antes comenzar por auto-criticarnos. Tenemos que tomar conciencia de nuestro propio integrismo y soberbia imperialista, darnos cuenta de que en occidente nos creemos los amos del mundo, que la mayoría, incluso inconscientemente juzgamos a las demás culturas desde la propia dando por supuesto que la propia es la mejor, la más natural y la más propiamente humana. Mientras escribo estas letras emerge de mis recuerdos una frase de Ortega y Gasset… Sólo cabe progresar cuando se piensa en grande, sólo es posible avanzar cuando se mira lejos… Debemos quitarnos el cartel de etnocentristas, “actuar” con el ejemplo y ser más relativistas.
Este libro es fruto de una exhaustiva investigación académica; cada uno de los capítulos recoge una selección de citas de las obras de los principales teóricos islámicos comenzando con Ibn Taymiyya hasta la obra de Hasan al Turabi, uno de los primeros maestros de Bin Laden. Y está escrito a medio camino entre la teología y la ciencia política. Según Elorza el Islam es la religión política por excelencia: tiene soluciones para todos los problemas y en todos los órdenes de la existencia: es una religión totalizadora que legisla para este mundo y el siguiente, y lo organiza todo en la vida (Sayyid Quyb) Y nada lo expresa mejor que la trayectoria vital de Mahoma, un profeta armado y en campaña por la afirmación de su fe que ve en la expansión religiosa una forma de ganar poder. Pero… ¿qué tipo de expansión? ¿Pacífica? No, porque la frase prosigue y Alá es un Dios combatiente contra sus enemigos Aquí se esta hablando de la Yihad; uno de los conceptos más debatidos ya que como he leído según que persona lo emplee se le otorga un significado u otro, aunque literalmente sea el de hacer un esfuerzo. La discusión empieza…se supone que una de las principales funciones que ha de cumplir la Umma o comunidad de creyentes es la de proseguir su esfuerzo para seguir haciendo reinar y extender sobre la tierra los derechos de Alá y de los hombre Por tanto, hacer la guerra, según ellos “santa” Pero… ¿santa?... actos terroristas, camicaces, etc, etc. ¿de verdad esta gente esta dispuesta a hacer explotar su cuerpo en mil pedazos para buscar la felicidad? Leí por el primer capítulo: lo que cuenta es la lucha por la causa sagrada; no importa el riesgo de muerte (…) lo importante es la victoria. Esto claramente justifica que los sectores más radicales hagan uso de la violencia en la liberación de un país musulmán. Lo dice el Corán… todo se resuelve siguiendo los mandatos del Corán. Totalmente conforme con Elorza, que expone en una entrevista: el Corán es el punto de partida de la vocación belicista del Islam según la sura 33,61 (capítulo del Corán), cuando los infieles se oponen a los musulmanes, el veredicto es la aniquilación ("Malditos serán dondequiera que se encuentren, serán cogidos y matadlos sin piedad").
La guerra es ilegal, da igual cual sea la causa que hagan que se la defienda porque ninguna guerra es justificable bajo mi punto de vista. En el Islam la llama “guerra santa” con el objetivo mencionado, la victoria como último fin. Leyendo encontré algo, lo menos curioso y es que los musulmanes con tal de eliminar a sus enemigos utilizan todo tipo de procedimientos como el asesinato a traición… es un acto muy cobarde, ¿no crees? La pena es que es muy utilizada….

Continuando con el profeta decir que su doctrina es todo lo contrario del "Mi reino no es de este mundo" de Cristo. Y enlazándolo con lo último leído…uno de los diez mandamientos es no mataras. Además el cristianismo no es una religión que intenta conseguir poder; sin embargo esta claro que en el Islam acaece lo contrario, ya que la tierra es de Alá y de los musulmanes. Por tanto, Arabia es tierra sagrada. Mahoma, además de profeta, fue un hombre de Estado que levantó un imperio; no como Jesús en el cristianismo que fue un profeta perseguido. Como ha explicado Mikel Epalza el Islam es todo un sistema de creencias y de realidades sociales que responden generalmente a todas las necesidades del hombre inserto en el mismo(…) No se encuentran las dicotomías que establece el cristianismo entre lo natural y lo sobrenatural, la iglesia y el Estado o la sociedad, la gracia y el pecado. El Islam no sólo organiza y ordena lo espiritual y religioso, sino también lo político, lo social e incluso lo económico. Además es un sistema legislativo y una forma de vida. Por eso religión y poder se dan la mano para los musulmanes. Según el Corán, el poder pertenece a Alá y en este punto nos encontramos la formula más precisa de expresar esta idea en Abu Huraira que escribe: No hay otra divinidad que Alá el Único, Él no tiene asociado, la condición de Rey así como la alabanza le pertenecen, Él es poderoso por encima de todas las cosas, todo en el cielo y la tierra se hace siguiendo su voluntad. Claramente se aborda la omnipotencia de Alá. No hay más dios que Alá y Mahoma es su enviado. Esta superioridad de Alá abarca dos esferas, una que es creer que Alá sabe todo lo que los hombres hacen gracias a su ciencia y segundo, creer en la voluntad soberana de Alá y en la extensión infinita de su poder Por tanto Alá tiene la soberanía política, uno de los principios claves del integrismo contemporáneo; que exige la aplicación íntegra de la ley religiosa o sharia en todos los países de población islámica. La fuente de los males de los musulmanes reside en el abandono de la sharia. Hay que reimplantar la ley musulmana para que el Islam recupere su antigua fuerza, decía el imán-predicador.

Bien, el Islam tiene una legislación sagrada: la sharía, que funciona a partir del principio de ordenar el bien y prohibir el mal. Promover y practicar el Bien y evitar y prohibir el mal. Pero el bien y el mal no imaginemos que salgan a la palestra a partir de unos criterios morales, ya que son los mandatos de Alá. A la sazón directamente sería que obliga al bien, tanto si correspondes a la comunidad de creyentes como si no, ya que su expansionismo por el mundo se esta haciendo cada vez mas evidente hoy en día, para explicarlo veo suficiente remitir a la frase que dice que la religión islámica es la mas colindante a la ciencia y al conocimiento. Entonces, yo aquí me planteo una cuestión y es que en mi mente hay insertos una serie de valores que yo consideraba transculturales y que al leer este libro me ha dado por pensar que no es así. En estos momentos me siento prisionera de la cultura occidental. ¿Qué son los Derechos Humanos? acierto a responder que son valores relacionados con el respeto a la dignidad humana; léase libertad e igualdad. Soy consciente, parece que caigo en el etnocentrismo, algo que párrafos atrás reproche. Pero es que en estos momentos… qué es el bien y qué es el mal… puedo respetar pero me temo que me veo incapaz de comprender. No entiendo el significado de la yihad, tampoco el significado que dan a la palabra igualdad (tema de la mujer que tratare más adelante), ni a la palabra libertad, los brutales castigos, el ansia de expansionismo, etc, etc.
Volviendo al tema y resumiendo me ha quedado claro que el eje central de esta religión se encuentra en la omnipotencia de Alá, en el Corán y los hadices, en la sharía o ley divina, en la umma o comunidad de creyentes que acatan el mensaje de Alá y la yihad..

En la concepción islámica de poder existe por un lado la subordinación de la política a las pretensiones de la religión y el principio de obediencia al gobernante. A este respecto mencionar a Maududi (uno de los escritores más leídos por los musulmanes) que definió como objetivo para su comunidad la islamización general de la sociedad (…)la instauración del Estado islámico (…)completamente volcado sobre el establecimiento de la sharía (…)era necesario el establecimiento de un gobierno autoritario dirigido por el más digno de los musulmanes. Sobra decirlo pero es evidente que no hay lugar para una democracia laica y es una doctrina de obediencia; aunque Elorza en la introducción nos exprese que las formas de vida del mundo musulmán en la mayoría de los casos no siguen el rigor manifiesto por la tradición integrista. Disipo desde la tosquedad en este punto con el autor; esa no es precisamente la impresión que me ha quedado al terminar la lectura ni la que apaleaba antes de hacerla. Tirando del tema, con respecto a la obediencia encontré una dimensión utópica del Islam en el segundo capítulo: la felicidad en este mundo se obtiene obedeciendo a Alá a través de la sharía y de este modo se encamina hacía la divinidad, el verdadero fin de todas las cosas. Si te paras a pensar hay un alto grado de semejanza con el cristianismo porque haciendo conjeturas los cristianos, si son buenos cristianos deben seguir los diez mandamientos que Dios confirió a Moisés para de este modo alcanzar la felicidad que tiene lugar tras la muerte, al dejar esta vida (“valle de lágrimas”)entrando a formar parte del reino de Dios; entrando en contacto con la divinidad. También hay que decir que el Islam es una teocracia por lo que resulta complicado hablar del gobernante; “califa”, “emir”, “sultán”, “rais”…

Por otro lado a lo largo del libro se atisba una preocupación por evitar todo cambio: no hay nada peor que la novedad; toda novedad es una innovación; toda innovación un extravío, todo extravío conduce al fuego del infierno” Ibn Taymiyya. Da la impresión de que el tiempo, la historia se ha detenido para esta religión en el momento en que Mahoma recibe el anuncio el arcángel Gabriel. Se repiten circunstancias en cuyo marco el hombre se aparta de Alá o lucha y vuelve hacia Él. A mi juicio la historia es muy importante y esta vinculada con la cultura; la cultura es histórica y solamente hay historia donde hay cultura y donde hay cultura hay tradición y la tradición forma parte de nuestra historia. Y para que haya historia es necesario que, además de tradición, haya innovaciones. Por esto no entiendo del todo la postura de Taymiyya, el padre del integrismo y sus seguidores. Soy aprensiva con respecto a este tema acerca de la posibilidad de evolución del mundo islámico puesto que si no admiten novedades en sus formas de vida van a quedar estacados para siempre en el siglo XIII. Sería bueno que experimentaran una Ilustración secularista y que tuvieran un Rousseau o un Montesquieu además de terminar con la subordinación de la mujer (entre tantas cosas). Y digo esto porque si a nosotros (occidentales) nos ha ido “bien” quiero que a ellos también. Me gustaría que los musulmanes, especialmente las mujeres dejaran de sentir las atrocidades que siente; mejor dicho que yo creo que sienten. Pero… lo veo tan difícil. Entre el mundo musulmán y el occidental hay una gran interrogante; se han mirado siempre, pero nunca comprendido, se temen (terrorismo) pero a su vez se necesitan (petróleo). Es muy difícil que desde Occidente se aspire a entender sus acciones, cuando el conflicto de culturas es obvio. Hay puntos incomprensibles incluso para los mismos musulmanes. El error esta delante de nuestras narices, y es pensarnos diferentes e intentarnos comprender; manera sutil de intentar imponer…ambos. Recalco ambos, dado que las dos partes buscan lo imposible para justificar sus hechos. Justificar las actuaciones de invasión cultural persuadiendo al ciudadano de que no hay otra alternativa. No es sino otro medio más de hacer política, de engañar y de acentuar más las diferencias existentes por parte de los gobiernos.
Efectivamente, el Islam es un sistema de creencias y realidades sociales y como bien nos dice el autor de este libro el dialogo con el Islam integrista supone un regreso obligado para sus seguidores y analistas al pasado, existe un sujeto histórico, la umma o comunidad de creyentes, por ello la singularidad del Islam reside en que si bien el creyente es individual como participante en la vida religiosa y social ha de integrarse en la colectividad, en la comunidad de creyentes. Los cinco pilares sobre los que se sustenta la religión islámica son; la unicidad de Alá, la institución del rezo, el pago del azaque, el ayuno del Ramadán y por último la peregrinación (a La Meca). Todo esto exige una total sumisión a su Dios cosa que escapa a mi comprensión por más que lo intento. No me veo capaz de pertenecer a una sociedad donde la felicidad se conquiste por un respeto ciego a tradiciones que implican la veneración incondicional del poder, donde reina el oscurantismo; por mucho que digan… los hechos habitan a la vista de cualquiera que quiera verlos. Y es ahora cuando establezco oportuno entrar en dos temas muy polémicos y de un altísimo interés popular: los actos terroristas y el papel de la mujer en la cultura islámica. Temas que seguramente todo el que haya presentado este ensayo han mencionado. Me emociona ir contra mano con el rebaño,…la ebriedad nos une, o lucha contra la hipocresía. Me gustaría compartir con usted un “streptease” emocional en el que se gestan los más honestos pensamientos sobre estos temas. No pretendo extenderme mucho, pero es que intuyo que es necesario. Lo primero decir que no es fácil arrancar en un momento todo lo que el tiempo hizo con el correr de los días.
En primer lugar, una táctica política en la que se suceden diversas acciones violentas, es de lo que ahora voy hablar. En las últimas décadas la sociedad ha sido víctima del terror y la inseguridad provocada por uno de los peores flagelos: el terrorismo. Claro hecho expresivo del hacer que se cumpla la voluntad de unos individuos; por llamarlos de alguna manera; aunque suelen calificarlos como terroristas; por medio de la fuerza expresando de otra manera: violencia. Me parece oportuno hacer aquí una pequeña reseña de Hassan Alturabi; no acepta que la palabra terrorismo tenga un significado concreto y expone: Terrorismo viene de terror y terror de miedo, de modo que si en una sociedad la gente tiene miedo de su policía, cabría hablar de terrorismo (…) es un termino occidental que los EEUU utilizan como propaganda. ¡Impresionante!
Continuando, el terrorismo no es para nada algo de “nuestros día”, como las modas, que llegan, permanecen un tiempo y a su paso desaparecen quedando como recuerdos en los baúles de los más osados. No, el terrorismo viene sucediendo a lo largo de toda la historia; recuerdese: conquistas y guerras como ejemplos de sus variadas formas de expresión y crueldad. Es una representación de “guerra” no convencional, que busca la satisfacción del logro de unos fines. En el caso del Islam, en su afán de la supremacía universal, la última reconquista: Andalucía. Y sólo por estos fines el mundo es sacudido diariamente de noticias de atentados producidos en la vía pública, donde pierden la vida gente inocente y ajena a esos intereses tan particulares.
Después de los atentados recientes del 11M en la estación de Atocha de Madrid y del 11S contra las torres gemelas de Nueva York y el edificio del Pentágono en Washington ¿ha cambiado algo? Hemos sido testigos del choque de civilizaciones y del mal entendimiento entre ambas. Durante días en los dos casos el bombardeo mediático fue impresionante. Y eso es sólo un punto a favor de occidente. ¿Alguien posee imágenes de genocidios ocurridos hace 30 o 40 años? No, ¿verdad?, posiblemente por eso nos haya impactado más; esto, y que el país que mayor imagen de resistencia tiene también sea víctima.
En el mundo occidental no hemos aprendido que se puede tener rasgos culturales diferentes por muy macabros que nos resulten. Y por otro lado, al Islam le queda mucho que aprender en materia de Derechos Humanos. En este sentido no creo que la solución sea ser relativista como apunte en el principio de este ensayo, y lo digo rectificando, es que no quiero ser una farsante. Sí afirmo que los rasgos culturales son relativos al sistema cultural al cual pertenecen; pero, no admito que no han de ser considerados desde otra cultura, sino desde la cultura en la que están integrados. Y lo digo apelando a los Derechos Humanos.
De otra manera, es cierto que casi todos los países musulmanes han condenado los atentados de NY y Washington pero por desgracia o fortuna, en beneplácito han sido menos, en cuanto a los ataques de posiciones integristas. Fortuna: Irak condenó los citados ataques, también lo hizo Alí Jameini que los tachó de campaña injusta y asesina de inocentes. Da que pensar… Incuestionablemente los atentados del 11S se apuntan a la destrucción de los símbolos del poder occidental. Han cambiado los medios técnicos de acción, pasando de la espada al explosivo, pero se mantiene intactos los principios: Bin Laden se presenta como un impoluto jeque árabe del desierto. Se considera un emir (Fig. político-religiosa) por la autoridad de hecho que profesa sobre los demás. Su obsesión es restaurar un califato el Al-Andalus para la “nación musulmana”. Su acción y la de sus seguidores (mártires) son legítimas porque sacrifican sus vidas en su lucha contra los enemigos de Alá. Y es desde la pérdida de este califato cuando el Islam adquiere el rostro que hoy conocemos: integrismo; dominado por una élite autoritaria que se cree legítima en un mundo subyugado por un poder exterior.
Puedo pensar y pienso que el problema del terrorismo en general, no tendrá final, no al menos en un período de tiempo corto, eso sí, siendo positiva. Es evidente que nos augura un siglo XXI inestable y ha comenzado una nueva etapa para las relaciones internacionales. Desde mi punto de vista quisiera reiterar la idea de diálogo para la solución de este problema; aunque de poco valga, queda escrito, porque las palabras se las lleva el viento y él con ella nada hace.
Para dar colofón a la forma y cuerpo de este ensayo he determinado hacerlo con la mujer y el mito de la igualdad entre hombres y mujeres. Y quiero emprender esta parte de mi trabajo remitiéndome a una frase de Alfred Adler y dice así: La civilización nunca culminará su misión mientras se considere inferior a una de sus mitades. Totalmente conforme. La mujer y el hombre encuentran su auténtica identidad sólo cuando se hacen presentes el uno ante el otro. Cuando descubre que se necesitan, no sólo física sino también psicológica y espiritualmente.
En la actualidad la mujer árabe se encuentra en una situación de sumisión, la mujer es inferior al hombre. Evidentemente en una sociedad nómada y tribal el papel de la mujer es subalterno. Un fragmento del Corán dice: los hombres están por encima de las mujeres, porque Dios ha favorecido a unos respecto a otros (…) a aquellas de quienes temáis la desobediencia, amonestadlas, confinadlas en sus habitaciones, golpeadlas. Si os obedecen, no busquéis pretexto para maltratarlas. Dios es altísimo, grandioso Sinceramente aun no salgo del asombro, cómo es posible que una religión apoye los malos tratos. Hasta ahora, era consciente de la situación de sumisión a la que esta sometida la mujer ya que no es algo nuevo ni exclusivo del mundo árabe pero nunca hasta este punto. Según lo leído los hadices ven a la mujer como un ser inferior, inclinado al mal y causante del pecado de los hombres…las denominan pobladoras del infierno frente al hombre protector A este le corresponden rasgos naturales como el dominio, poder y autoridad principio de autoridad) que arrancan de su forma de participación sexual (gobernante y gobernada). Veamos una cosa…es que a mí, este apelativo de pobladoras del infierno…ellas están inclinadas al mal ¿no? Ellas engendran tanto hombre como mujeres; entonces por lógica ambos sexos están destinados al mal; ¿Cómo es que el hombre nace libre de todo y siendo un ser superior inclinado al bien? No he encontrado ninguna respuesta clara a mis preguntas…aunque leí que el destino de la mujer está predeterminado por dos causas colindantes, una su naturaleza física; ya que todo el sistema físico de la mujer está orientado a procesar y educar hijos, ella ha sido dotada de aquellas cualidades que la preparan únicamente para el papel pasivo de la vida, frente al papel activo del hombre respecto a sus vidas sexuales. Y dos su condición de piedra angular de la comunidad; la docilidad de la mujer hace posible la vida equilibrada del hombre ya que al otorgar absoluta prioridad en la comunidad, la mujer queda reducida al último nivel de prestigio, pero al mismo tiempo es la pieza clave del orden social. Si es la pieza clave del orden social cómo pueden maltratarlas así
Por otro lado, si te paras a pensarlo, el alto nivel de machismo que posee esta religión no es más que causado por el propio miedo que los hombres tiene a las mujeres. Toda discriminación se viene produciendo desde los principios de la Historia. Las mujeres siempre han formado parte de la historia de los varones, puesto que (hablando de occidente) hasta un momento concreto de la historia el mundo era de ellos , para muchos no era simplemente diferente a él, sino que igual en el Islam, la mujer estaba subordinada e incluso era mala; dado que en algunas doctrinas se culpaba y culpa habitualmente a las mujeres por haber caído en la tentación y en el “pecado original”. Un ejemplo fuera de la cultura islámica esta en la Biblia. Se podría interpretar como prueba de inferioridad de la mujer con respecto al hombre que la mujer fue creada en segundo lugar que Adán. Se hallan diversas interpretaciones negativas sacadas de diferentes religiones. Conozco una muy antigua que realmente me impactó al saber de ella. Se trata de una oración judía en la que los varones dan gracias a Dios porque no son mujeres.
Volviendo al tema de la inferioridad…las mujeres son el “sexo débil” es un tópico. No estoy conforme con lo que el Corán dice pero mirándolo de una forma relativa puede que en ocasiones sea cierto, puesto que el hombre tiene una capacidad física que la mujer no, aunque por otro lado, ellas poseen una mayor flexibilidad. El equilibrio y la compenetración es la clave para aceptar la igualdad. Esta claro que no comparto la opinión de que discernir entre los dos sexos provenga de la naturaleza sino más bien de la educación.
Volviendo a la tesis de que el hombre musulmán es machista y tiene miedo de la “superioridad” de la mujer (no quiero caer en el feminismo) me lanzo a la piscina y afirmo que por eso, en parte, las obligan a ir tapadas y en parte por las prohibiciones, a causa de los valores religiosos y sociales. El cuerpo humano en el pensamiento islámico, está ligado a la psique, ya que consideran el desprecio por el cuerpo como una serie de mandatos muy escrupulosos sobre la forma de manejar el cuerpo, fuente de legítimo placer pero también de impureza, en el plano simbólico, es uno de los grandes peligros para el alma humana. Y por esto el mundo femenino es una amenaza constante para la pureza masculina el hombre debe protegerse contra ese ser maléfico, y aparentemente débil pero capaz de arrastrarlo hacia la rebelión contra la voluntad divina. De ahí que la mujer deba ocultar su cuerpo. Es evidente que temen a la mujer. No son capaces de no caer en la tentación. Por eso yo invito a las musulmanas a que abran los ojos y se quiten literalmente el velo y reivindiquen su situación que dejen de ser analfabetas porque… “Escribir es una extraordinaria posibilidad para alguien que está aislado, despreciado y excluido del poder de decisión, de crearse un pequeño espacio para dialogar consigo mismo primero y con su entorno en segundo lugar, e incluso, posiblemente, con la autoridad.”
Su historia es cruel…pero yo soy optimista El mundo árabe no es el único que tiene esta actitud, pero sí el único que no hace nada para ponerle fin a esta situación .Esto debe mudar de aires, están en el error y aunque de una manera muy pausada se logrará.
Con esto doy fin al ensayo…las horas muertas usadas en enriquecer este espacio, sin embargo horas intensamente vividas espero que hayan sido… mejor espero que no hayan sido aburridas, ya que para mí no lo han sido.

El fin de la Historia y el último hombre


Esta entrada es una breve reflexión y/o comentario acerca del pensamiento del autor Francis Fukuyama
Las tesis de dicho autor están extraídas de dos fuentes: El ensayo titulado ¿El fin de la Historia?, que escribió para The National Interest en 1989, y el libro titulado El fin de la Historia y el último hombre de 1992, origen del cual se encuentra en el artículo, por el gran revuelo mundial que causó.
Estas dos fuentes existen gracias a la invitación hecha a Fukuyama para dar una conferencia con el título Fin de la Historia durante el año académico de 1988-1989, enunciada por los profesores Nathan Tarcov y Allan Bloom, del Centro John M. Olin para la Investigación de la Teoría y la Práctica de la Democracia, de la Universidad de Chicago.


Francis Fukuyama. Politólogo estadounidense. Nació en Chicago 1952, en el seno de una familia de origen japonés. Creció en Nueva York, se graduó en Harvard y se doctoró en Filosofía y Letras. Durante su carrera escribió sobre democratización y política económica internacional. Se especializó en la política exterior de la ex Unión Soviética y trabajó para el Departamento de Estado de los EE.UU. Profesor de Economía Política Internacional en la Paul H. Nitze Schooll of Advanced International Studies en la Johns Hoppinks University en Washington.
Desde su cátedra en la George Manson University, ha centrado sus estudios en el rol de la cultura y el capital social en la vida económica moderna.



El fin de la Historia y el último hombre está dividido en 5 partes
En las primeras dos, Fukuyama intenta esbozar una historia universal. Después de establecer las razones para esbozar de nuevo la posibilidad de una historia universal, propone una respuesta inicial al tratar de emplear la ciencia natural moderna como regulador para explicar el carácter orientador y coherente de la historia. La ciencia natural moderna es un punto de partida adecuado porque constituye la única actividad social importante que, por consenso común, es a la vez acumulativa y orientadora, incluso si su impacto final en la felicidad humana resulta ambiguo.
En la tercera parte, el libro presenta una segunda interpretación del proceso histórico, paralela a la primera, al tratar de recobrar al hombre entero y no sólo su aspecto económico. Para hacer esto, vuelve a Hegel y a la interpretación no materialista de la historia, basada en la lucha por el reconocimiento.
La cuarta parte del libro ahonda y proyecta hacia el futuro algunas de las distintas maneras con que el deseo del reconocimiento se manifestará.
Finalmente la quinta parte, trata del “Fin de la historia” y de la criatura que surge del último hombre, es decir, la democracia liberal y su éxito frente a sus enemigos externos. Reconociendo la existencia de contradicciones que la pueden minar como sistema político, problemas que van desde las drogas, los sin hogar, la delincuencia hasta los daños al medio ambiente y la frivolidad del consumismo.
También hace una crítica al realismo político o política de poder de Estados Unidos, principalmente porque atribuye a dicha teoría la convicción de sostener que la inseguridad es un rasgo universal y permanente del orden internacional debido al carácter perpetuo del mismo, sugiriendo que dicho esquema estaría superado por la distinción de un sistema multipolar generado al finalizar la Guerra Fría.

28 mar 2008

Mario Lagos

"HICE UN ACUERDO DE COEXISTENCIA PACÍFICA CON EL TIEMPO: NI ÉL ME PERSIGUE, NI YO HUYO DE ÉL, UN DÍA NOS ENCONTRAREMOS".