22 abr 2011

Necesito algo más!


Esta mañana no sólo se olía a café recién hecho y tostadas. Por toda la casa se respiraba el rebosar de mis fantasías, ilusiones y emociones. Guiada por aromas que me son familiares, ahora lejanos, saben muy amargos. Sólo hizo falta un “bip” para que la estancia quedara impregnada por un fétido hedor.

Ahora sólo siento una armoniosa melodía llena de paz; es la música que producen las teclas del teclado; escribir es un consuelo a mis penas.

Hoy me desperté con ganas de más. Y si te vas?... peor, y si me voy? Qué cambiará? Qué pasará? Puede que nadie llegue a comprenderme, leerme o escucharme; puede ser que la vida vaya al revés; que la tierra pegue botes en vez de dar vueltas; que los "buenos" dejen de serlo, y que los malos no dejen de serlo; puede que me quede sola o tal vez no; puede que me deje llevar por mis sentimientos alguna vez; puede que caiga, tropiece y me permita quedarme sentada un buen rato sin pensar en ti; puede que piense en estupideces convertidas en fantasías de seducción; puede que sea incapaz de cumplir con mi promesa; puede que la vida se me caiga encima y no sea capaz de levantarla.

Hace un momento leía: “El amor es un estado mental donde se vive más de fantasía que de realidad”. Una esperanza fácil de conseguir; pero difícil de elegir No crees?

Necesito salir de estos pensamientos de frustración, averiguar qué es lo que se cuece Qué es lo que me estoy perdiendo hoy aquí sentada?



19 abr 2011

"Acuérdate que te espero" de Mario Casartelli.


Como la lluvia en febrero

Hay una loma en mi alma
para tender tu cansancio,
y una lámpara que espera
a que le alumbre tu mano.
Acuérdate que te espero
en algún sitio cualquiera;
como la lluvia en febrero,
puedes venir cuando quieras.

Para ceñirte a mi vida
sólo esperanza te pido;
ni forma o tiempo precisas,
tan sólo un poco de olvido.

Haz de tus sombras y fríos
un equipaje ligero;
desátalos en mi pecho,
que yo con ellos te quiero.
Q
uizás yo calme tu herida,
tal vez tú cures la mía.

Aunque la noche sea larga,
siempre amanece la vida.

Guardo una lágrima intacta
y una sonrisa dormida
para volcar mi alegría
por si vinieres un día.

En algún sitio cualquiera,
acuérdate que te espero.
Puedes venir, cuando quieras,
como la lluvia en febrero
.