23 ene 2008

La agenda.


Para María enero representa el cambio. Encuentra ese mes, el momento ideal de encaminar su vida, de comenzar de cero. Está ansiosa de libertad, de ser ella la que decida qué hacer y en qué ocupar su tiempo; en ella misma. Quiere dejar de lado la agenda, la ve como un objeto de presión que encierra en sí la Nada.
Buscas nuevas propuestas, pero, el mundo te ofrece cosas que no puede darte y es cuando aparece la sorpresa. Tú no eres la única que necesita el cambio. Partimos de la tesis de que todos buscamos algún tipo de "change" que nos lleve a realizarnos libremente. A alcanzar, de algún modo, la felicidad.
Es preciso el cambio. La libertad me llama. Yo también tengo necesidad de renovación... “si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, posiblemente no diría todo lo que pienso, pero en definitiva pensaría todo lo que digo"
Observa a la gente que te rodea. Viven inmersos en el abismo. Sincronizados con su inseparable compañera, la agenda. Sin duda la representación del vacío.
Busco la evasión de la realidad en la ilusión de encontrar algo que aprender. Pero una infeliz no hace nada por ella misma; al menos nada que valga una sonrisa Y así ves como el mundo te devuelve una ilusión forjada hecha pedazos. Dándote una bofetada. Siempre despiertas viendo la realidad...¡no te rindas!
Citando a Calderón: "¿qué es la vida? un frenesí; ¿qué es la vida? una ilusión, una sombra, una ficción y el mayor bien es pequeño que toda la vida es sueño y los sueños, sueños son".
El mañana no le está asegurado a nadie. Aunque la vida te de sorpresas, sorpréndela tú. María no esperes hacer lo que quieres, hazlo hoy, ya que si el mañana nunca llega, seguramente lamentaras el día que no te tomaste tiempo para concederte ese momento
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1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Cómo vivir hoy día sin una agenda?
Por supuesto no podemos dejar un sólo minuto del día sin nada que hacer.
Nuestra sociedad vive bajo criterios de productividad, no de felicidad ni realización. Sin resultados siempre mejores parece que una persona no da todo de sí.
Aquí entra la agenda, sí ese conjunto inherte de páginas repleta de líneas y cuadros, no es ningún elemento inocente. O acaso no es una esclavitus encuadrar la vida bajo sus criterios de organización.

Sólo espero que María haya podido romper con los barrotes de rayas de su agenda y organice sus días pensando que cada cuál, aunque puede ser el último, mereció la pena porque se vivió.